Cuando los árabes conciben un plan demoniaco | ||
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Cuando los árabes conciben un plan demoniaco La reciente actitud adoptada por los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico respecto a la anexión de Baréin a Arabia Saudí, so pretexto de de formar una gran unión, pone de manifiesto que los tiránicos y despiadados jeques del Golfo Pérsico siguen anclados en la época colonial de los años 50, cuando las grandes potencias del momento recurrieron al uso de las armas para conquistar y anexarse territorio. Desde hace más de un año, los valerosos jóvenes de Baréin salen a diario a las calles de la capital de país, Manama, y otras ciudades importantes, para pedir la caída del régimen de los Al Jalifa, que está financiado, armado y protegido por Estados Unidos y sus dos aliados de la zona: Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. La página Web Witness Bahrain, vinculada a grupos de la oposición bareiní, calcula que el número de manifestantes asesinados por las fuerzas de seguridad de los Al Jalifa en demostraciones pacíficas, en 65; sin embargo, seguramente el número de fallecidos supera la cifra mencionada. Durante el año pasado, las autoridades Baréin intentaron por todos los medios desviar la atención de la opinión pública hacia otras cuestiones, a fin de que no fuera consciente de la sangrienta represión de la que estaban siendo objeto las manifestaciones pacíficas que exigen la caída de su rey y de su despótico régimen. Los gobernantes del régimen de Baréin se negaron a suspender la competición del Grand Prix 2012 en abril del presente año, pese a la protesta manifiesta e internacional de los medios de comunicación, grupos de derechos humanos, académicos y políticos, que eran consciente, en profundidad, de la catástrofe que está teniendo lugar en este pequeño país del Golfo Pérsico. Todo esto tuvo lugar mientras el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, cuyo país es el mayor proveedor de armas y dinero de Baréin, realizaba unas polémicas declaraciones, en las que defendía la celebración de la carrera, diciendo que Baréin no era Siria. “Hay una reforma y este gobierno la defiende y piensa ayudar a promoverla”. Cuando realizó dicha declaración, no había nadie junto a él que le criticara por dicha hipócrita afirmación acerca de Siria y por mirar a otro lado para no saber qué es lo que le está pasando al indefenso pueblo de Baréin. El supuesto gobierno que, según Cameron está llevado a cabo una reforma, ha detenido y torturado a cientos de activistas pacíficos y manifestantes, desde que dio comienzo, en febrero de 2011, en esta isla una revolución.Además, ha asesinado a muchos jóvenes inocentes, tras haberles sometido a brutales torturas en terribles celdas. Muchos manifestantes han sido sentenciados a cumplir penas de cárcel y otros están a la espera de ser procesados en cortes militares, sin tener acceso a un abogado y sin tener la posibilidad de ser juzgados por un jurado. Un doloroso ejemplo de la atroz conducta que está teniendo el régimen de los Al Jalifa es el caso de Abdulhadi al-Jawaya. Este intrépido activista por la paz se ha convertido en un héroe y en un símbolo de resistencia contra la tiranía de los Al Jalifa. El 8 de febrero de 2012, decidió emprender una huelga de hambre, de la cual ya han pasado cuatro meses durante los cuales no ha bebido ni un sorbo de agua ni ha probado bocado alguno. Respecto a esta cuestión, el activista Alaa Shehabi escribió al Foreing Policy en abril de 2012 y en la misiva enviada explicaba que la posible muerte de Abdulhadi al-Jawaja constituiría un hecho crítico significativo que echaría por tierra todos los esfuerzos del Gobierno de Baréin por limpiar su manchada reputación y acelerar la inquietante tendencia hacia una radicalización militante por parte de la oposición, hecho que constituye una verdad innegable. Pese a que, gracias a Dios, Al-Jawaja sigue aún vivo, la huelga de hambre que emprendió se está volviendo intolerable, como lo muestran las fotografías publicadas sobre su persona, en las que claramente se aprecia que su estado de salud es grave. Hace tres días, el rey Hamad de Baréin, visto por muchos como un dictador sanguinario y uno de los más odiados líderes mundiales, fue invitado por la reina Isabel II de Inglaterra a asistir a una ceremonia real en Londres, capital inglesa. El gobernante bareiní fue uno de los 50 monarcas invitados a la fiesta de aniversario del “Jubileo de Diamante”. Algunos manifestantes se reunieron ante las puertas del Palacio de Buckingham para expresar su rechazo a dicha controvertida invitación. “Nosotros creemos que es tremendamente importante mostrar que hay británicos que no están de acuerdo con estos reyes dictadores, invitados al Castillo de Windsor y al Palacio de Buckingham”, declaró Peter Tatchell, un defensor de los derechos humanos. “La reina ha juzgado mal a la opinión pública. La mayoría de los británicos no estará de acuerdo con que nuestro jefe de Estado almuerce con dictadores acusados de haber atentado contra los derechos humanos”, añadió Tatchell. Y ahora los gobernantes de Baréin están conjurando, de forma peligrosa, con sus compinches de Arabia Saudí, a fin de formar una unión destinada a conseguir ciertas metas, como el establecimiento de una alianza contra Irán, país que ha criticado el asesinato de manifestantes bareiníes y ha reconocido la legitimidad de la revolución que han emprendido. Las autoridades de Baréin han acusado, sin fundamento alguno, a Irán de intervenir en sus asuntos internos. Sin lugar a dudas, la anexión de Baréin constituirá una amenaza para la seguridad y estabilidad de la región del Golfo Pérsico, descuadrando toda la ecuación regional. No ha que olvidar que tales planes han sido dictados por el poder colonial más infame del mundo: el Reino Unido. El escritor y exprofesor estadounidense Kevin Barrett ha comparado este plan saudí-israelí con los planes coloniales de Hitler. “Creo que esta alianza es más que el Anschluss de Hitler cuando invadió Austria”, dijo Kevin Barrett en una entrevista concedida a Press TV. “La diferencia estriba en que la mayoría de los austriacos lo defendieron, mientras que a la mayoría del pueblo de Baréin le horroriza la idea de ser ocupado y digerido por la Arabia Saudí wahabí”, añadió. El régimen de Baréin, incapaz de acallar al pueblo que exige el fin del régimen autoritario, está buscando formas de salir de la crisis. Tal vez, anexarse a Arabia Saudí suponga una solución a corto plazo, pero, sin duda alguna, tendrá consecuencias peligrosas para la región, como la firme respuesta de los iraníes y la enérgica reacción de otras naciones musulmanas del mundo. Además, la adhesión saudí-bareiní no será bien acogida por la gente de Baréin. Hamad bin Isa Al Jalifa y el rey Abdulá de Arabia Saudí deben tener por segura que dicha unión está condenada al fracaso. | ||
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