El efecto de la revolución islámica al movimiento del Despertar Islámico | ||
El efecto de la revolución islámica al movimiento del Despertar Islámico
La aparición de la Revolución Islámica en una época en que los pensadores occidentales con su hipótesis de “terminó la época de las revoluciones”, llevaban al reto ha sido un factor de la negación de los pensadores occidentales, en primer lugar y una muestra de la continuidad y luego el perfeccionamiento de los movimientos revolucionarios. Al mismo tiempo desequilibró a las teorías seculares del occidente ante la revolución islámica de Irán en 1979, pero las consecuencias así como el efecto que dejó está revolución en otros países musulmanes desde el Continente de África hasta el Oriente Medio es lo más asombroso para tales teóricos. Por lo cual desde el punto de vista de ellos el caso es más allá de una revolución islámica liderado por el Imam Jomeini, contra el régimen tirano del Sha.
El despertar islámico como consecuencia de la revolución del 79 se convirtió en una evolución entre las naciones musulmanas de la región y otros continentes y originó revoluciones y modificaciones en tales países que jamás preveían los superpotencias. Sin duda alguna tales modificaciones y revoluciones son apoyados por un antecedente histórico y cultural y son el resultado de las experiencias logradas anteriormente. La Revolución Islámica de Irán triunfado en 1979 que según Imam Jomeini era “la victoria de la sangre a la espada” terminó en la formación de un sistema islámico cual perduró hasta el momento y sigue su rumbo apoyado en sus principios y deja su efecto en los movimientos del despertar islámico. La revolución islámica fuente de inspiración para los movimientos del despertar islámico La Revolución Islámica de Irán no solamente causó profundos cambios y reformas en la historia del país, sino también traspasó las fronteras y llegó desde los países litorales del Golfo Pérsico hasta los países musulmanes de África y ha cambiado la doctrina política e ideológica del mundo. Tal y como indicó el Líder Supremo de la Revolución: “…Imam Jomeini, avivó la autoestima y el honor de la nación persa, lo que convirtió que el pueblo y el sistema de la República Islámica de Irán sea un ejemplo para otros países.” “La resistencia del pueblo iraní ante el imperialismo, la independencia y la demanda de justicia de la República Islámica de Irán, así como el respeto a la voluntad del pueblo como un sistema republicano forman parte de los cambios fundamentales que conllevó a la Revolución Islámica de Irán, cuyas consecuencias han sorprendido a los enemigos del país persa en todo el mundo.” Conforme a las palabras del ayatolá Jameneí, los más recientes avatares regionales también son otra muestra del gran despertar islámico, lo que dejará un efecto sumamente significativo en la historia mundial. Los mencionados cambios, registrados en el Oriente Medio y el Norte de África, actualmente se han convertido en una creencia política tanto en el nivel internacional como en el regional que cuestiona el sistema imperialista para dar a conocer los objetivos revolucionarios y los valores humanos y religiosos de los pueblos musulmanes…” Según el Líder Supremo el despertar islámico es el reflejo de la resistencia ante el imperialismo en el mundo de hoy, y los pueblos que ya conocen su poder continuarán con su camino y con su revuelta. En efecto, se puede concluir que los pensamientos políticos del Imam Jomeini (que descanse en paz) van más allá de las fronteras, y que una mirada profunda hacia el futuro se ha creado gracias al despertar islámico como un movimiento perenne en el mundo. (Conmemoración del 23 aniversario del fallecimiento del fundador de la República Islámica de Irán) Muchos delos pensadores y analistas occidentales y orientales han confesado la grandeza y el efecto de la revolución islámica en los movimientos del despertar islámico. El sociólogo estadounidense contemporáneo, AlvinToffler en su libro titulado “Cambio de poder”, alude este punto, que el Ayatolah Jomeini, emprendió sobre las fronteras geográficas y señaló al mundo que los gobiernos no son los más importantes jugadores del escenario mundial. La aparición de la Revolución Islámica en realidad fue la respuesta a esta voz de Dios que leemos en la aleya 135 de sura “Las Mujeres” ¡Creyentes! sed íntegros en la equidad. Cuando depongáis como testigos de Alá. Aun en contra vuestra, o de vuestros padres o parientes más cercanos. Lo mismo si es rico que si es pobre. Alá está más cerca de él. No sigáis la pasión faltando a la justicia. Si levantáis falso testimonio u os zafáis,... Alá está bien informado de lo que hacéis. Ahora que repasamos los últimos treinta años de la historia revolucionaria entenderemos que la Revolución islámica de Irán, fue una necesidad inevitable que se manifestó como un signo de la justicia en el periodo contemporáneo. En una era donde el hombre se hallaba sumergido en el materialismo, unos pueblos valientes y devotos, se levantaron en pos de la religión y alumbraron al mundo la luz de la justicia. La Revolución Islámica demostró la eficacia y habilidad de la religión y puso ante los seres humanos, una experiencia sensible y practica sobre la administración de la vida, basada en la justicia y espiritualidad. El lema de la independencia del hombre del yugo de la esclavitud y el ciervo de los Taques, originó la adoración de Dios y el levantamiento contra las maldades y desviaciones, encontró una atracción especial y el ser humano de hoy halló sus profundas necesidades humanitarias en la doctrina del Islam. Según el filósofo español, Silbes ahora la religión y las bellezas espirituales se mantienen vivas, y el mundo para salvarse y mantener buenas relaciones sociales se ha inclinado al poder de la religión y la atracción espiritual. Todas estas iniciativas han sido fomentadas por el Imán Jomeini y gracias a la Revolución religiosa estos pensamientos se han extendido en la comunidad mundial. Hoy la voz de la revolución islámica lleva al reto a todos los planes políticas y culturales del mundo e Irán islámico se ha convertido, gracias al poder de su revolución, al centro de interés de muchos países musulmanes. Y quizás es debido a lo cual que el Diario Washington Post menciona que: “…el reto más polémico para Washington es buscar una manera de paralizar el aumento del poder dela RI de Irán…” (Periódico Keyhan: 3)y El gran pensador francés Roger Garaudy dice, que la Revolución Islámica de Irán ha ofrecido un nuevo modelo de perfección para el ser humano y la comunidad, el cual coincide con las particularidades espirituales del pueblo de Irán y tal particularidad ha sido motivo de la enemistad del occidente contra la Revolución Islámica de Irán y su sistema. Según muchos analistas, la victoria de la Revolución Islámica de Irán en el año 1979 ha creado un punto de partida en los cambios y ecuaciones internacionales. La formación del sistema de la República Islámica y su modelo de gobierno basado en los valores y sabidurías religiosas, plantearon en el sistema bipolar de Oriente y Occidente un nuevo factor en las ecuaciones políticas independientes. Este cambio especialmente en el Medio Oriente, ha tenido efectos firmes, de un modo que hoy después de tres décadas de la victoria de la Revolución Islámica no solo no se ha reducido su importancia e influencia sobre las ecuaciones políticas, sino que el papel revolucionario se ha convertido en el más grande e influyente del mundo. Hoy mientras que la Revolución Islámica de Irán está en vísperas de entrar a la cuarta década de su victoria, se habla mucho en los círculos literarios, políticos y filosóficos del mundo y en muchas reuniones científicas y culturales, sobre el desafío que ha creado la Revolución Islámica en el escenario socio-político. Los puntos de vistas del sistema de la República que surgieron del pensamiento y la profunda cosmología del fundador de la Rep II, Imám Jomaini (Dios lo bendiga), plantearon al Islam como una doctrina política, poderosa e influyente sobre el destino de la humanidad mundial. En el área de acción, también la revolución islámica estableciendo el sistema de República se convirtió en un modelo eficaz y en un sistema político dinámico y totalmente independiente de las superpotencias. Antonio Gidenz el famoso sociólogo británica aclara: “…los grandes pensadores de la sociología; es decir Marx, Engels, Durkheim, Weber y… todo preveían el ritmo y el rumbo del mundo hacia el secularismo y la marginalidad de la religión…” (Gidenz, 2000: 505) pero con el inicio dela década ochenta hemos sido testigo del triunfo dela Revolución Islámica de Irán y con ella se dio pruebas de la contradicción de lo planteado antes por los sociólogos. Es decir la evolución del mundo tomo un rumbo contrario y se acerca más hacia los valores religiosos y morales y es debido a lo cual que el periódico Washington Post advierte que: “… los movimientos que cambian hoy día el imagen del mundo so nutridos por un fuente religioso…” cuando los gobiernos de los EEUU. Y Europa se comprometen con un sistema política secular en otro lado del mundo una cantidad masiva de pueblos esta cambiando y modificando al mundo basándose en los principios islámicos. La renovación de la religión y los valores morales en la revolución islámica El hombre quien estaba capturado por dos tendencias e ideologías a saber el liberalismo occidental y el socialismo oriental;, se enfrentó con la crisis de identidad a finales del siglo XX, de modo que este siglo fue denominado como siglo de ansiedad y enfermedades psíquicas. La revolución islámica marcó el fin de todas las ideologías materialista cuales tenían bajo su dominio al mundo entero y habían eliminado los valores morales y la religión. Prof. Muhammad Husein Hoda el pensador musulmán de nacionalidad austriaca plantea que: “… si debemos que determinar una fecha como el inicio de la renovación de la identidad religiosa esta fecha será, sin duda la de 1979, la fecha en que triunfó la revolución islámica de Irán. Cual ha sido un fuente de inspiración para otros movimientos de este índole…” La Revolución Islámica de Irán basándose en tres fundamentos: la escuela del Islam, el liderazgo del Imam Jomeini y el papel del pueblo, pudo borrar todos los pensamientos, escuelas e ideologías materialista y recordó una vez más la potencialidad de la religión y los valores Divinos para alentar a los pueblos. Y otra vez la religión ganó peso y fue recibido por los pueblos oprimidos, en este sentido John Nisbet y Patrichia Abrdin en su libro titulado: “el efecto de la Revolución Islámica de Irán” profesan: “…En los EEUU. La generación cual en la década de los 70 consideraba inútil a todas las religiones organizadas, hoy acude a las iglesias y centros religiosos junto con sus hijos… los Judíos retornaron otra vez hacia los milagros, mitos y la resucitación del Jesucristo… los chinos miran con curiosidad hacia las asociaciones religiosas…” (2000). Otro teórico destacado en el terreno de la revolución iraní fue el historiador e intelectual francés Michel Foucault, que es considerado además uno de los pensadores más notables del mundo en temas sociológicos y políticos. Foucault analiza la revolución iraní desde un ángulo cultural. Él trata la cultura islámica y chií como un potencial determinante y cree que con su chiismo y su islam, el pueblo iraní ha generado un poder mediante el cual fue capaz de hacer rendirse al régimen armado hasta los dientes de los pahlavíes. En un artículo titulado “La religión contra el sha”, Foucault dice: “¿Donde hay que buscar la propia identidad? ¿Solo en aquel islam que durante siglos ha organizado con sumo cuidado la vida cotidiana, los lazos familiares y las relaciones sociales? Debido a su propia aridez e inmovilidad, el islam no ha tenido esa dicha”. Para Foucault, la religión desempeña un papel fundamental en la concienciación nacional de los iraníes por ser uno de los elementos que configuran su cultura. Foucault está de acuerdo con la visión de que el islam chií tiene esta fuerza y poder por serle inherente por lo cual en el momento más oportuno puede concentrarla, desplegarla y usarla contra un estado o régimen. Él señala: “Al contrario de las potencias palpables, el chiismo está armando de manera continua e impalpable a sus seguidores a los que infunde un entusiasmo que es tanto político como religioso. Este credo no es únicamente un lenguaje sencillo para la expresión de ilusiones para las que no han encontrado otras palabras sino que es algo que ya estuvo presente en el pasado en varias ocasiones; es una forma de lucha islámica”. En sus numerosos artículos, Foucault alude al rol histórico del Imam Husayn y a cómo éste se levantó contra la corrupción y la injusticia. Menciona asimismo las ceremonias de la Ashura —la conmemoración del martirio del citado imam en Karbala— y ve en estas creencias y conceptos una especie de poder blando o “softpower” capaz de hacerle frente a potencias brutales. En líneas generales, para Foucault la religión es como un refugio desde el que los iraníes reclamaban el derrocamiento del sha y de su régimen. El credo de los iraníes era un concepto que respondía todos los reclamos y necesidades del pueblo, con independencia de su estrato social y condición. La diferencia del punto de vista de Foucault con el de la mayor parte de los intelectuales occidentales radica en que otorga una especial relevancia al liderazgo y a la guía práctica de la revolución. Junto a los factores y a la diversas causas que desencadenaron la revolución en Irán, Foucault alude al importante elemento del liderazgo, a la considerable influencia del Imam Jomeini, y a cómo los individuos pueden desempeñar un papel determinante en los cambios sociopolíticos e incluso a la hora de hacer historia (frente a la teoría estructuralista, que excluye la voluntad del ser humano). Foucault se refiere al Imam Jomeini como un “santo anciano” y opina que su personalidad roza la leyenda. Ningún jefe de estado ni ningún líder político —ni siquiera con el respaldo mediático del país— podría haber afirmado poseer semejante vínculo personal y afectivo con su pueblo. Pero quizá la influencia de aquella revolución en la política del momento fue lo más importante que consideró Foucault, dado que opina que con dicha revolución los iraníes reclamaron un regreso de la espiritualidad al escenario de la política. Foucault considera que son muchos y variados los elementos que hicieron surgir esas reclamas de espiritualidad entre los iraníes. Cree además que la espiritualidad a la que se refieren los iraníes es la que promulga la búsqueda de aquello que perdieron los occidentales tras el Renacimiento y la gran crisis del cristianismo, en resumen, el eslabón perdido por el hombre tras los cambios producidos por la modernidad, que se traducen en una excesiva atención a las ciencias, la razón y la experimentación y a la vez la marginación y exclusión del amor, el afecto, la espiritualidad y la religión. Foucault es del parecer que el regreso de la espiritualidad a la palestra de la política se da a través de la religión, pero de una religión con sus particularidades, y que no es la retrógrada. Él dice “En 1978 el islam no era el opio del pueblo sino exactamente el espíritu de un mundo sin espíritu. La religión y la espiritualidad que quieren los iraníes, más que pensar en lo Alto piensa en las contingencias de este mundo. Es decir, se trata de una religión que está al tanto de la realidad del momento, en otras palabras, se trata de una religión eficaz y del momento”. Es con esta frase con la que Foucault resume la revolución iraní y los conceptos básicos internacionales: La revolución iraní desafía solo el orden internacional establecido y anuncia su mensaje en un lenguaje audible. A base de conclusión se puede sumar que el triunfo de la Revolución Islámica de Irán ha sido y aun es uno de los sucesos y acontecimientos más destacados del segundo mitad del siglo XX. Esta revolución ha dejado su influencia sobre muchos pueblos y países, una muestra viva de lo cual es los últimos movimientos del despertar islámico en los países musulmanes. | ||
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