El papel de grupos particulares en Ashura I

En uno de sus discursos, el Líder Supremo de la República Islámica de Irán, el Ayatolá Seyed Alí Jamenei, definió el papel que jugaron los particulares en el destino del mundo musulmán, en especial, en los acontecimientos de Ashura.

Análisis de Ashura

“La lucha, la defensa y la Yihad son rasgos característicos de la cultura islámica. Cualquier acción que implique un esfuerzo positivo para la sociedad y, a la vez, una lucha contra los enemigos del Islam es considerada como Yihad. Esta acción puede ser política, social, económica, espiritual o tener cualquier otro aspecto. En nuestros días, la Yihad comenzó el día en que el fundador de la Revolución Islámica, el Imam Jomeini, alzó la voz contra el régimen monárquico pahlevi y ha continuado hasta hoy, porque  Irán tiene enemigos poderosos y serios.

Entonces, cualquier acción para luchar contra los enemigos de Irán es Yihad por la causa de Dios. Obviamente, hay que acentuar la Yihad intelectual, porque los enemigos intentarán desviar nuestras mentes del camino de la verdad.

Y mi responsabilidad es la de velar por la continuación de la Yihad.

(…)

Aprendamos del Corán: una lección de historia

El Corán no invita a aprender de la historia. En algún punto, mencioné la pregunta de que qué podría haber pasado en la sociedad islámica para que medio siglo después de la muerte del Profeta Muhamad (P) los líderes de las comunidades islámicas se permitan conspirar para asesinar a los hijos del Mensajero de Dios (P) en Kufa o Karbala. Pues lo que hicieron fue presentar al hijo de Alí (a.s.) y  nieto del profeta como un desleal que desobedece las órdenes del califa, a quien pretendían presentar como el Imam (dirigente) de su época. Dicen lo que quieren y la gente se mantiene callada y se lo cree. ¿Por qué? Esta es una cuestión que me preocupa. ¿Por qué el pueblo, que con tanta dedicación y atención acataba las leyes islámicas, cometió tan imperdonable error? ¿Acaso nuestra sociedad es más fuerte y unida que la de la época del Profeta (P) y de Alí (a.s.)? ¿Qué hay que hacer para evitar que los mismos errores se repitan?

Si no lo impedimos ahora, es posible que dentro de 50 años ocurran las mismas desgracias. Es hora de que agudicemos los sentidos y elijamos el camino adecuado.

Particulares y colectivos

El pueblo se divide en dos secciones:

Quienes toman decisiones tras pensar y de forma consciente (sin tener en cuenta si la decisión en cuestión es buena o mala). A estos los llamamos los particulares.

El otro sector se mueve según lo hace su entorno, sin analizar ni siquiera entender las motivaciones. A este grupo lo llamamos el colectivo.

Destaquemos que entre los particulares puede haber gente que no tiene cultura o es analfabeta, pero decide conscientemente y entiende lo que hace.

Para entender mejor el concepto del colectivo, pongamos el ejemplo del enviado del Imam Husein (a.s.) a Kufa, Muslim ibn Aqil. Cuando por Kufa se corre la voz de que Muslim ha llegado, el colectivo se congrega para ver lo que pasa y, de pronto, 18.000 personas juran lealtad a su causa. Pocas horas después, llegan los soldados del califa y los mismos que le habían jurado lealtad luchan contra Muslim, a fin de darle muerte.

Los colectivos no deciden. Lo suyo depende de la suerte. Si viven en la época de un líder celestial como el Imam Alí (a.s.) o el Imam Jomeini, vivirán y morirán para ir al paraíso. Pero si obedecen a un líder infernal, como Yazid, acabarán en los fuegos del infierno. Por eso hay que tener cuidado de no caer en medio de los colectivos, siendo capaces de analizar y decidir.

Los particulares: verdad y falsedad

Los particulares están en dos frentes: el de la verdad, y el de la falsedad y la vanidad. Algunos son partidarios de la cultura, la sabiduría y el pensamiento. En el otro lado están los que luchan en el bando de la vanidad. Los primeros son los discípulos del Imam Alí (a.s.) y los últimos, los de Muawiyya.

¿Qué cabe esperar de los artífices de la vanidad?

¿Qué otra cosa se espera de ellos que sentarse a buscar vías para eclipsar a la verdad?

Hay que luchar. Los particulares de nuestra sociedad buscan la verdad. Pero, ¿qué pasa con los que dicen pertenecer al bando de la verdad? Aquí es donde comienzan los problemas”.