La Federación de Rusia y la nueva Guerra Fría en Siria | ||
La Federación de Rusia y la nueva Guerra Fría en Siria Rusia y China han vetado por tercera vez la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Siria. Inmediatamente, este hecho fue lamentado por Estados Unidos y el Reino Unido y fue respondido con sanciones armamentísticas por parte del Congreso estadounidense. La fuerte postura de Rusia en el tema de Siria ha captado la atención de todos los ambientes políticos y los medios informativos alrededor del mundo, y el análisis de las causas de la persistencia de la Federación rusa en su postura se ha convertido en un importante tema de discusión. Aunque no cabe ninguna duda de que los rusos actúan en el marco de sus propios intereses, la persistencia de este país frente a Estados Unidos en los últimos meses merece un análisis profundo, más que nada, de la política exterior del Kremlin. El principal motivo que conduce a esta fuerte postura podrían ser las dudas de Moscú respecto a los objetivos y las pretensiones de Washington en Oriente Medio y Eurasia. Después de que fallaran los intentos de retomar las relaciones ruso-estadounidenses, Vladimir Putin, nuevamente elegido presidente de la Federación rusa, se enfrenta a una cruda realidad: quiera o no, el proyecto del escudo antimisiles de Estados Unidos en Europa Oriental está avanzando; la interrupción en la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) parece una cuestión temporal y lo único que consiguió Moscú en la cumbre de Lisboa fue no estar en la lista negra de los enemigos de la Alianza Militar. Por otro lado, el máximo rol que se ha otorgado a Rusia en la cuestión de Afganistán es servir de apoyo y colaborar en temas relacionados con la información. Tanto en un artículo que publicó Putin en vísperas de las elecciones presidenciales como su línea de acción en la política exterior y su reciente discurso en la reunión que mantuvo con los embajadores de Rusia en el mundo, demuestran que las diferencias entre el país eslavo y Estados Unidos han llegado a un punto crítico y que los dos países han retomado la literatura de la época de la Guerra Fría. En pocas palabras, Putin acusa abiertamente al Gobierno norteamericano de engañar al mundo, aprovecharse de la estructura de las Naciones Unidas, utilizar políticas ambiguas y buscar sus propios intereses con la excusa de la democracia. Ante todo, Rusia está muy preocupada por su papel en el escenario global. Los analistas rusos sostienen que, en la actualidad, el mundo se divide en dos bandos: los amigos y los enemigos de Estados Unidos. Lo que dicta esta política es que los enemigos deben ser debilitados y su presencia en los ámbitos políticos, económicos y culturales a nivel global y regional debe ser limitada o eliminada. Según el neoliberalismo norteamericano, las guerras ocurren entre países no democráticos, por tanto, todos los países del mundo deben seguir el ejemplo del proceso de democratización de Estados Unidos y, en caso de necesidad, se puede hacer uso de la fuerza para llegar a este propósito. Desde este punto de vista, Rusia atribuye la dirección de los últimos avatares regionales a Estados Unidos y cree que este país pretende crear un nuevo orden mundial. Para Rusia, el Gobierno americano está intentando construir un mundo unipolar , para lograr este objetivo, tiene en su punto de mira al norte de África, Oriente Medio, Irán, la región eurasiática y, finalmente, China y Rusia. En el caso de Siria, tanto Putin como su ministro de Exteriores han reiterado, en diversas ocasiones, que la ocupación de Libia fue una amarga experiencia en la que la resolución emitida por las Naciones Unidas para crear una zona de exclusión aérea terminó en una guerra, que los participantes en ella, la utilizaron para sus propios fines y esta experiencia no debe repetirse. Otro tema de importancia global que, según Rusia no encaja en los marcos y reglamentos internacionales, es la celebración de cumbres regionales para decidir sobre el futuro de otros países. De acuerdo con los rusos, para lograr un mundo multipolar, actuar conforme a los reglamentos internacionales tiene una vital importancia. Además, tanto Rusia como China opinan que, pese a ser injustas, la estructura y las normas existentes actualmente en el ámbito global ayudan a preservar la paz y el orden. En este contexto, además de abogar por una solución diplomática a los problemas de Siria, la Federación rusa se opone firmemente a cualquier resolución que permita una injerencia militar en el país árabe. Al parecer, la cuestión de Siria es un buen motivo de preocupación para Moscú en cuanto a sus futuros intereses económicos y estratégicos en este país. En los últimos meses, Damasco se ha convertido en escenario de intercambios estratégicos y el Kremlin cree que la forma de tratar este asunto influirá significativamente en el curso que tomará el orden internacional. Pero hay más motivos de preocupación. Los islamistas están jugado importantes papeles en los planes trazados para Oriente Medio y Asia Central, y esto hace sonar la voz de alarma tanto para Rusia como para China respecto a las repúblicas musulmanas de la Rusia federativa y el estado Xin Kiang de China. Desde el punto de vista del redactor, para Rusia el tema del conflicto sirio se sitúa en un plano estratégico porque influiría en el curso de otros acontecimientos futuros y afectaría en gran medida el balance de los cambios regionales y mundiales. No cabe duda de que la prioridad de Rusia, y de Putin, es actualmente colaborar con Estados Unidos y con Europa en la búsqueda de una solución a los asuntos de importancia global, a cambio de un papel destacado y definido para el país eslavo en el panorama internacional. En este mismo contexto, se sitúan los programas para colaborar con Washington en la lucha contra el terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Lo mismo para Medvédev, quien intentó retomar las relaciones bilaterales ruso-estadounidenses. La tesis de la unión estratégica se fracturó por primera vez con el inicio de la guerra de Georgia y terminó enfrentando a la Federación de Rusia con Occidente. En aquellos años, por primera vez después de la Unión Soviética, el mundo volvió a hablar de una Guerra Fría. Durante esta guerra, la férrea voluntad de Rusia y la importancia del tema para ella hicieron que Estados Unidos y sus aliados actuaran con mucha precaución. No obstante, la cuestión de Siria parece ser mucho más importante para ambas partes.
Los cambios ocurridos a escala mundial, especialmente los acontecimientos de Libia, han esclarecido las pretensiones de Occidente. Por este motivo, aun teniendo limitaciones económicas, industriales y tecnológicas, Rusia y China pondrán todo su empeño en luchar por Siria contra Estados Unidos y sus aliados, utilizando todo cuanto esté en sus manos. | ||
Estadística Número de visitas: 2,796 |
||