Ola de islamofobia en Occidente | ||
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Ola de islamofobia en Occidente MosayebSoltani Sutitr: Tras el fracaso de EE.UU. en Irak y el intento por crear un gran Oriente Medio, además de la llegada al poder de los islamistas en algunos países y, especialmente, la victoria del Movimiento de Resistencia Islámico de El Líbano en la guerra de los 33 días contra el régimen de Israel, dieron una mayor motivación al imperialismo para extender la islamofobia en el mundo El sistema hegemónico en el marco de la creada ola de islamofobia e insultos a las santidades islámicas busca una reacción ilógica de los musulmanes ante estos eventos y, de esta forma, perjudicar su imagen ante la opinión pública mundial. El imperialismo, para materializar sus objetivos, no escatimó esfuerzo alguno, y llevó a cabo una serie de actividades constantes al respecto. Entre ellas, se puede mencionar la publicación de las caricaturas del profeta del Islam, Mohamad, la creación de programas cuya base es la satanización del Islam y la atribución de los atentados en Londres y España a los musulmanes. La primera ola de islamofobia y antislamismo Si bien estos dos fenómenos no son algo nuevo en Occidente, y tienen sus raíces en la historia de Europa, especialmente en las cruzadas, las nuevas olas de islamofobia y antislamismo se realizan en el marco de un proyecto totalmente inteligente, por parte del sionismo mundial, mediante nuevas facilidades y tácticas de mayor complejidad. La primera fase de este proyecto comenzó evidentemente a finales de la década de los 80, y el motivo radicaba en el triunfo de la Revolución Islámica de Irán y sus dimensiones e influencia en el mundo musulmán y las relaciones internacionales. La gran victoria de los iraníes motivó un despertar entre los musulmanes y la reanimación de su identidad islámica. Este evento, por sí mismo, causó una creciente ola de despertar islámico en otros pueblos. Cabe mencionar que las dimensiones de esta revolución, no se limitaron solo al mundo musulmán, y su influencia se percibió de forma rápida en las ecuaciones internacionales. Antes del triunfo de la Revolución Islámica de Irán, dos factores de poder y la ideología política del socialismo y el liberalismo dominaban las relaciones mundiales, no obstante esta Revolución presentó nuevos factores al mundo que fueron: la identidad cultural, religiosa y la ideología islámica, hecho que influyó en el dominio de los arrogantes hacia los oprimidos. Este proceso y la creciente ola de la emigración de los musulmanes a Europa y EE.UU., así como su resistencia a la aceptación de la cultura occidental y su énfasis en la práctica de su religión, además de aumentar la cantidad de ciudadanos europeos que se convertían al Islam, motivaron el temor de los occidentales y, por consecuencia, incrementaron sus esfuerzos para impedir este fenómeno tan preocupante para ellos. Estos comenzaron a engendrar la idea de que los musulmanes son terroristas y el Islam es una religión que busca sólo la masacre y la eliminación de los demás. La segunda fase del proyecto se puso en práctica tras el atentado del 11 de septiembre de 2001 en las ciudades de Nueva York y Washington. En esta fase, los medios de comunicación intentaron enfrentar al Islam con Occidente. En este mismo contexto y en una declaración polémica, el entonces primer ministro de Italia calificó a la civilización occidental como superior a la islámica. Posteriormente, Francis Fukuyama, politólogo estadounidense, en una entrevista concedida al diario ‘TheGuardian’, enfatizó en que Islam es solo un sistema cultural que amenaza el modernismo occidental. A la vez, subrayó que los EE.UU. pueden hacer uso de su poderío militar para romper la cadena de resistencia de los países musulmanes. En el marco de este proyecto, EE.UU. incluyó a cinco países islámicos como patrocinadores del terrorismo, lo que estuvo acompañado por actitudes semejantes por parte de sus aliados. Asimismo, el estadounidense RodParsley, pastor supremo de la Iglesia de WorldHarvest, publicó un libro titulado: “No se debe mantener más el silencio”, donde alegaba que Dios había encomendado a los EE.UU. la misión de derrotar al Islam. En 2010, otro pastor norteamericano, Terry Jones, amenazó con quemar varios ejemplares del Corán, en el aniversario de los atentados del 11S, medida que desató una gran polémica internacional. En 2011, el pastor fundamentalista estadounidense quemó un Corán en la Iglesia de DoveWorldOutreach Center en Gainesville, que desató la ira de la comunidad musulmana a nivel mundial. Tras el fracaso de EE.UU. en Irak y el intento por crear un gran Oriente Medio, además de la llegada al poder de los islamistas en algunos países y, especialmente, la victoria del Movimiento de Resistencia Islámico de El Líbano en la guerra de los 33 días contra el régimen de Israel, dieron una mayor motivación al imperialismo para extender la islamofobia en el mundo. Otro de los objetivos del sistema hegemónico, mediante este plan, es controlar a Irán en diferentes campos. De hecho, la islamofobia se origina con el fin de fomentar la iranofobia por el mundo, por lo tanto, las autoridades estadounidenses han tildado a Irán en reiteradas ocasiones como el eje del mal y centro del terrorismo; de este modo, pretenden aislar al país persa y crear un consenso internacional en aras de imponer sanciones económicas contra Teherán que sirvan para implantar una brecha entre la República Islámica y los países de la región. No obstante, en una visión general se puede decir que la puesta en marcha de la islamofobia contribuye en la prolongación de la presencia militar de EE.UU. y sus aliados en la región. Algo que allana el terreno para permitir el dominio de Washington de los recursos energéticos, que responden a las necesidades de este país y sus aliados, además de garantizar la seguridad del régimen de Israel. | ||
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