La islamofobia en EE.UU. tras el suceso del 11 de septiembre | ||
La islamofobia en EE.UU. tras el suceso del 11 de septiembre
Mohammad Reza Dehshiri
Sutitr: Tras los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, los neoconservadores estadounidenses, en coordinación con el lobby sionista y fundamentalistas protestantes, intentaron tergiversar la historia y relacionar este y otros actos de terrorismo con los musulmanes y, así, crear un ambiente de islamofobia en Occidente. George W. Bush, el entonces presidente de los EE.UU., anunció en un discurso que los EE.UU. vivía en un ambiente de guerra fría, desconocido, imprevisible, inseguro y hostil; su objetivo, justificar sus posteriores ataques a los países musulmanes y también crear un ambiente de pánico, odio y miedo entre la población estadounidense, para poder alentar la hostilidad e inseguridad entre Occidente y la comunidad musulmana. Durante semanas, los estadounidenses se preguntaban ¿por qué nos detestan? Y la respuesta que recibían era: “…porque tienen miedo de nuestro poder, envidian nuestras riquezas, condenan nuestros valores y detestan nuestra arrogancia.” También los medios de comunicación de EE.UU., al alentar sobre el peligro del Islam y de los musulmanes, intentaron crear una onda de choque, miedo y odio contra éstos y, así, preparar el terreno para los sucesos del 11 de septiembre. Durante el incidente, la cadena de noticias CNN consideró inicialmente a los terroristas como unos agresores psicópatas; luego, los vinculó con los musulmanes y, dando continuidad a su difamación, planteó la lucha contra los terroristas donde fuera y como fuera. Principios de la islamofobia en EE.UU. 1. La unificación triangular de neoconservadores, fundamentalistas protestantes y el lobby sionista Después del 11 de septiembre, el triángulo formado entre los neoconservadores, los evangélicos anarquistas y el lobby sionista conocido como AIPAC unieron fuerzas para luchar contra la divulgación del Islam en la sociedad estadounidense. Los neoconservadores aprovecharon el incidente como una oportunidad excelente para sustituir el peligro del comunismo por el del Islam político, como única amenaza ante los pensamientos liberales y democráticos. Al considerar el islamismo como el primer enemigo de los EE.UU. y situar a la R.I. de Irán como representante y promotora de esta corriente de pensamientos en la región de Oriente Medio, intentaron sembrar la semilla del miedo y el pánico contra el Islam. Ellos, con el objetivo de reducir el poder del fundamentalismo islámico en la región, trataron de sustituir las ideas del comunismo por el Islam, y plantearlo como el peligro fundamental para Occidente. Como segundo paso, presentaron a la R.I. de Irán como el centro y eje de divulgación de la agresividad en el mundo, para así justificar sus políticas hegemónicas y alentar las guerras santas. Además de los neoconservadores, los fundamentalistas protestantes, también por sus pensamientos ‘apocalípticos’, determinaron una norma para blasfemar al Islam y a los musulmanes, así como sobre los valores islámicos. Crear un ambiente propicio para el desarrollo del Armagedón se encontraba entre los objetivos esenciales de los fundamentalistas cristianos. Según sus creencias, en esta guerra, ellos serán los únicos triunfadores. Como indican los textos evangélicos, al término de la guerra final, ellos gobernaran al mundo junto con Jesucristo, durante mil años. Creen que deben hacer algo para que Jesucristo resucite una vez más. Los creyentes de esta religión consideran que es una obligación religiosa, el hecho de agilizar este suceso y otros actos similares, que ayuden en la resurrección de Cristo. Ellos van más allá de la realidad y plantean que fue Jesucristo quien creyó en los EE.UU. para que en el juicio final pueda luchar contra los anticristianos, por lo tanto, siempre idealizan con una Norteamérica poderosa y prepotente, y apoyan en el aumento del presupuesto militar. De esta forma, consideran anticristianos a todos aquellos que se oponen a ellos. Los sionistas cristianizados, quienes tienen sus raíces en la iglesia evangélica, creen que la única manera para lograr la salvación de la sociedad estadounidense, es la aparición de Jesucristo y actuar acorde a sus dictámenes. Según este grupo, combatir contra el Islam y aumentar la hostilidad entre las comunidades musulmanas, así como crear tensiones entre diferentes sectas del Islam, los judíos y los cristianos, acelera la aparición de Jesucristo. En sus ideas resulta inevitable la destrucción del mundo para que se produzca la aparición de Cristo, y lo denominan “terrorismo santo”. Por todo lo antes expuesto, la doctrina de los sionistas puede ser útil para los evangélicos, ya que la destrucción de la “Masyed-olAqsa”, primera quibla de los musulmanes, por parte de los sionistas, alentará la lucha entre musulmanes y judíos, propiciando la aniquilación de los musulmanes y preparando el campo para la aparición de Jesucristo. Según ellos, los musulmanes son los enemigos comunes de los cristianos y de los judíos, y hay que alentar el fuego entre ambos, para eliminar el único obstáculo para la aparición del Salvador, los musulmanes. Además, hay que acabar con todos ellos mediante una guerra nuclear. Se oponen a la creación de otros poderes como la R.I. de Irán, y hacen lo posible para que éstos no se conviertan en el poder dominante de la región y evitar que se divulguen los pensamientos islámicos, lo que podría, por una parte, debilitar la influencia sionistas en la región y, por otra, aumentar el poder del Islam. Por lo tanto, la invasión de Irak por los EEUU., en el año 2003, fue considerada una “guerra santa”. Desde el punto de vista del lobby sionista, el Islam es el enemigo común tanto de cristianos como de judíos; por tal motivo, hay que evitar y obstaculizar su propagación por la región y por el mundo. Para ellos, el Islam político es una amenaza para la sobrevivencia de la vida política de Tel-Aviv y Washington. Los sionistas acusan al Islam de ser una religión agresiva, fanática, radical, e intentan tergiversar su imagen presentándola como símbolo del terrorismo. De esta forma, prepararon una campaña difamatoria contra ella, después de los sucesos del 11 de septiembre. Manteniendo vivo el Holocausto, intentan fortalecer la idea de que los judíos siempre están bajo la amenaza de los musulmanes, y revelan las crueldades de Al-Qaeda, para intentar presentarlos como el emblema de los creyentes islámicos y, así, decir que el Islam y sus fieles son una amenaza para el mundo entero.
En lo antes expuesto se refleja que la unificación funesta de neoconservadores, evangélicos y sionistas incita la onda islamófoba, mientras refuerza la hostilidad hacia el Islam en las sociedades occidentales y ayuda a la política propagandista de Washington para desviar el pensamiento de la opinión pública internacional y justificar las crueldades que comete este gobierno contra el mundo musulmán.
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