Afganistán: segunda conferencia de Bonn y la necesidad de una nueva visión | ||
Afganistán: segunda conferencia de Bonn y la necesidad de una nueva visión Estados Unidos y sus aliados europeos en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se han centrado principalmente en dar soluciones militares a los diferentes conflictos que han surgido, sobre todo, desde el año 2001. Sin embargo, diez años después de la conferencia de Bonn, la tasa de desempleo en Afganistán supera el 40% y la mayor parte del sur y sureste del país asiático se encuentra bajo el control del grupo Talibán, que se supone que había sido completamente derrotado. ¿Por qué? El principal problema surge de las soluciones implantadas y la falta de una visión regional duradera. En vez de tener una presencia militar a largo plazo en la zona, Estados Unidos y Gran Bretaña deberían pensar en tener una presencia económica a largo plazo, así como apoyar el regionalismo económico y la integración desde el centro hasta el sur de Asia.
afganistán ha sido escenario de numerosas intervenciones y conflictos durante las últimas tres décadas, a consecuencia de los cual las infraestructuras económicas y sociales han sido destruidas por completo. Los problemas económicos han contribuido al surgimiento de una rivalidad que tiene su origen en los escasos recursos con los que cuentan las distintas facciones. A pesar de que los problemas económicos son la base de la inestabilidad en este país asiático, EE. UU. y la OTAN insisten en dar únicamente soluciones militares y políticas. Afganistán y varios países de la región de Asia Central no tienen salida al mar. Un país sin salida al mar se ve obligado a fortalecer su economía a través de la potenciación de una economía de carácter regional. Este tipo de economía puede desempeñar el papel de motor para el desarrollo de un Estado que no cuenta con una salida al mar, cuestión que resulta evidente pero que ha sido descuidada. Si Afganistán coopera con los países de la región podría tener una salida al mar a través de Paquistán e Irán. La cooperación regional no se puede dar si no existe una organización regional fuerte. Dentro de las organizaciones existentes, la Conferencia de Cooperación Económica Regional sobre Afganistán (RECCA, por sus siglas en inglés) se ha perfilado como un mecanismo válido, pero limitado por su carácter temporal, porque sus decisiones son vinculantes y porque los participantes en la misma no se la toman con la debida seriedad. Para institucionalizar la cooperación económica regional es necesario que exista un mecanismo permanente. La Organización de Cooperación Económica (ECO, por sus siglas en inglés) compuesta por Irán, Turquía, Paquistán, Afganistán, Azerbaiyán, Turkmenistán, Kirguistán, Tayikistán y Kazajstán, es la única organización económica regional que agrupa a las economías de la región y a la economía global. Recientemente, Irak ha sido invitado a participar en las reuniones de la ECO y es posible que, en un futuro, su presencia sea más destacada dentro de dicha organización. A la ECO, la Unión Europea (UE) no le ha prestado mucha atención y EE.UU. la ha debilitado. La política de vecindad de la UE se ha concentrado únicamente en el sur y el sureste de Europa. La participación política y militar de la UE y EE.UU. en países de la ECO (Afganistán, Paquistán, Turquía y Azerbaiyán) supera a sus intervenciones en países pertenecientes a las zonas de Oriente Medio y el Norte de África. Las relaciones entre la UE y Turquía, la presencia de la OTAN en Afganistán y la intervención de la UE en Irak, son algunos ejemplos. No podemos ignorar el papel que desempeña la ECO respecto a la seguridad energética de la UE. El gasoducto NABUKU y otras tuberías de gas y crudo que suministran recursos energéticos a la UE, provienen y pasan por Estados miembros de la ECO. Además, la lucha contra el terrorismo, el extremismo, la inmigración ilegal y el tráfico de estupefacientes, retos todos ellos a nivel europeo y mundial, no será posible sin un enfoque integral y una relación constructiva con la región de la ECO. Siempre y cuando la ECO esté vinculada con la Unión Europea a través de Turquía, y haciendo uso de un enfoque constructivo, no sólo podrá contribuir a la paz y a la prosperidad en el sur, el oeste y el centro de Asia, sino que también favorecerá el desarrollo de la economía de la UE y sus vecinos en la región de Oriente Medio y el Norte de África. EE.UU. ha jugado un papel decisivo en el debilitamiento de la región, mediante la imposición de sanciones contra Irán a través de la ECO. EE.UU. ideó una estrategia para socavar la ECO, hecho que derivó en la aparición y expansión de la Organización de Shanghái. Si las posturas adoptadas actualmente por la Unión Europea y EE.UU. respecto a la ECO tienen continuación, se allanará el camino a la Organización de Shanghái, para que ésta amplíe su ámbito hasta las fronteras de la UE. Además, la situación política y económica en Asia Central y Occidental no es mejor a la de Oriente Medio y el Norte de África. Como consecuencia de la inestabilidad en Afganistán, producto de la guerra civil y los atentados acaecidos el 11 de septiembre en Nueva York, Estados Unidos, la UE y Rusia, se verán afectados. Por otro lado, los Estados miembros de la ECO cuentan con grandes ingresos, derivados principalmente del petróleo, además de ofrecer interesantes oportunidades económicas y comerciales, razón por la cual, si la ECO, EE.UU. y la UE se unieran desde el punto de vista económico y dialogarán sobre energía, todos se verían beneficiados. A la ECO se la considera la única organización que puede contribuir a la paz a largo plazo y a la estabilidad en Afganistán. Este país asiático no puede sobrevivir dependiendo de las donaciones, sino que necesita de una economía fuerte que apoye al Estado, para que éste pueda proporcionar a la población una seguridad sostenible. Sin la existencia de una economía fuerte, no puede darse una paz duradera ni una estabilidad. Además, si la situación continúa como hasta ahora, este país centroasiático se convertirá en una carga a largo plazo, tanto para la comunidad internacional como para la UE, EE.UU. y los países vecinos. Por lo tanto, para que se dé una situación de paz y seguridad en Afganistán es necesario que exista una economía regional sostenible. Sin embargo, la imposición de sanciones y restricciones contra Irán, así como la injerencia extranjera en Paquistán, son factores que contribuyen a la agravación de los problemas económicos de la región, en particular en Afganistán y Asia Central. La UE y EE.UU. han sido incapaces de comprender con claridad la situación de la región de la ECO, muestra de ello son los acontecimientos que se han producido en varios Estados comprendidos en las regiones de Oriente Medio y el Norte de África, en los que se ha puesto de manifiesto que las políticas por las que optaron, con el beneplácito de EE.UU. y la UE, han fracasado. Transformar Afganistán “de un país pobre y peligroso a una nación libre de miseria y miedo” no será posible sin la existencia de una cooperación económica y política, a nivel regional, así como de un desarrollo. Afganistán no es un país rico. Hoy en día, este país centroasiático cuenta con una gran escasez de recursos financieros, por lo que si la poca riqueza que tiene no permanece en el país para contribuir a la expansión de una clase media y de la educación, no habrá paz ni estabilidad a largo plazo. En la actualidad, gracias al comercio regional, la ciudad afgana de Herat es la localidad más desarrollada de Afganistán. Es la única ciudad en donde los funcionarios de la OTAN se atreven a caminar por la calles sin sentir temor alguno. La situación que se vive en Herat puede darse en otras partes de Afganistán siempre y cuando los esfuerzos de aquellos que han contribuido a la seguridad y al desarrollo del país sean apreciados. Seguir con las políticas contradictorias hacia la región sólo aumenta el peso de la responsabilidad de EE.UU. su dependencia de Rusia y las regiones inestables en Paquistán. Para contribuir a la estabilidad y la prosperidad en Afganistán, EE.UU. debe cambiar su posición hacia Irán. La Reacción social de Irán hacia los refugiados afganos no es muy diferente de las sociedades europeas. Sin embargo, en el caso de que la situación económica se deteriore como consecuencia de las sanciones impuestas contra Irán, se incrementará la presión social y política sobre el gobierno para expulsar a los dos millones de refugiados afganos que se encuentran en Irán. EE.UU. y otros miembros de la OTAN deben abandonar su política militar en la región y optar por tener una presencia económica en la misma. Para manejar los problemas políticos y de seguridad ya existe el Cuarteto, constituido por Afganistán, Irán, Paquistán y Turquía. Estos países que acabamos de mencionar son todos miembros de la ECO y comparten diferentes intereses. Estas naciones deben hablar con una sola voz, a fin de enviar un mensaje contundente a los talibán, dejándoles claro que Afganistán ha sido desde hace tiempo un problema regional, por lo que la guerra civil no es una opción, además de enfatizar el hecho de que no se les permitirá aprovecharse de los desacuerdos regionales para que puedan hacerse con el control de Afganistán, país que no puede gobernar sin que exista una cooperación regional. En un futuro próximo, EE.UU. abandonará Afganistán, pero los países vecinos siempre estarán allí. Para EE.UU. y la UE, la región que comprende a los países de la ECO es mucho más importante que Afganistán. Si EE.UU. cambiara su postura respecto a la región, podría jugar un papel muy importante en asuntos de otra índole. El apoyo internacional al regionalismo evitará que surja de nuevo la rivalidad que se dio en la década de los 90, evento que permitió a los talibán hacerse con el control de Afganistán. Al respecto, la RECCA puede desempeñar un papel importante. Como demostró de manera clara la Primavera Árabe, el desempleo, la corrupción y los problemas económicos, constituyen una amenaza mayor para la paz y estabilidad regionales que los propios talibán y Al Qaeda, es más, estos grupos terroristas se han aprovechado de circunstancias como éstas para asentarse en Afganistán, Paquistán y otras partes de Oriente Medio. Es por eso que se debe dar prioridad al desarrollo económico, a la creación de empleo y a la reconstrucción de las infraestructuras en estos países, que necesitan de la cooperación regional y de la inversión extranjera para mejorar sus relaciones comerciales regionales e internacionales. Para que esto se materialice, EE.UU. y la UE deben cambiar su postura respecto a la región. Resulta lamentable que EE.UU. no solo no ha podido resolver pequeños problemas políticos durante las tres décadas que lleva en la región, sino que los ha aumentado. Las raíces económicas del conflicto a largo plazo en Afganistán no deben dejarse de lado. El fortalecimiento de una cooperación económica a nivel regional reforzará la interdependencia existente entre los diferentes grupos étnicos que viven en Afganistán y alentará que se dé una mayor cooperación. Si existe una economía regional floreciente, disminuyen las posibilidades de que surja una lucha de poder e influencia política. Millones de refugiados, que se encuentran en Irán, Paquistán, La India, la UE y EE.UU., son totalmente conscientes de las oportunidades económicas que tienen fuera de sus países. Ellos pueden propiciar que las relaciones de Afganistán, a nivel regional e internacional, mejoren. En lugar de idear una partición de facto, EE.UU. y la UE deberían pensar en la integración de las diferentes etnias que existen en Afganistán, así como en la integración económica regional e internacional de este país. Además, la integración económica regional reducirá los incentivos que tienen diversos partidos para intervenir en Afganistán por razones políticas y de seguridad. Afganistán ya no es un refugio seguro para Al Qaeda y, de hecho, este grupo terrorista ya no constituye una gran amenaza para EE.UU. Sin embargo, los esfuerzos de Washington por mantener sus fuerzas militares en este país ponen de manifiesto que el objetivo de EE.UU. ha cambiado, ya que si el Ejército estadounidense permanece en la región, esto se convierte en una escusa a largo plazo para los terroristas. En suma, la cooperación y la integración económica regional es la mejor solución para conseguir una estabilidad y un desarrollo sostenibles en Afganistán, Asia Central y más allá. Para lograr este fin, EE.UU. y la UE deben apoyar la cooperación y la integración económica regional en el marco de la ECO, organización que agrupa a Irán, Paquistán, Turquía, Afganistán y a otros amigos de EE.UU. en la región. Los socios transatlánticos, desde el Golfo Pérsico hasta Asia Central, se beneficiarán mucho más por apoyar la cooperación y la integración económica regional, que una presencia e intervención militar continuas. Aunque es una visión a largo plazo, debemos empezar ahora. Me pregunto si alguien está ahí para escuchar y aprender de la historia. | ||
Estadística Número de visitas: 2,784 |
||