Revolución islámica de Irán, el rol de las mujeres, y sus efectos en Latinoamérica | ||||
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Lic. Masuma Assad de Paz Hablar de la Revolución islámica de Irán es hablar de una de las revoluciones del siglo XX que ha traído un nuevo paradigma, distinto a otras revoluciones. Por cierto, que una revolución que se erige a partir del Islam como ideología religiosa que es capaz de generar un nuevo sistema y una nueva cosmovisión, poniendo a Dios y sus leyes como eje y guía, es hablar de un cambio y de un antes y un después no sólo en Irán, pues ha tenido gran repercusión a nivel regional y mundial. Antes de hablar de sus efectos y logros, es necesario conocer la situación previa de Irán para valorar y apreciar los cambios producidos, así como su capacidad para seguir generándolos. En la época del régimen Pahlavi existía una gran dependencia política, económica, cultural y educativa que respondía a los cánones occidentales siguiendo los pasos que Estados Unidos e Inglaterra le marcaban. El proceso de modernización trajo beneficios a partes de la clase alta de la sociedad y la clase media emergente, pero perjudicó a la parte tradicional de la clase media, es decir, a los comerciantes, el mercado y la pequeña burguesía que había establecido una conexión histórica con el clero desde la antigüedad . Con el colonialismo inglés, Irán comienza el proceso de occidentalización para ejercer dominación cultural y económica sobre el pueblo. Posiblemente, la dependencia económica tiene menos importancia para un país con pocos recursos naturales que para otros, como Irán, que es rico en ellos. Aunque había suficientes medios de producción, tanto en el sector agrícola como en el industrial, se importaban alimentos y ello alentó a los agricultores a dirigirse a las ciudades, de manera que no quedase gente allí para el trabajo agro-ganadero. Como consecuencia de esto, la capacidad de Irán en la producción de alimentos en 1977 alcanzaba solamente para un mes. Las necesidades de los otros once meses eran importadas. Al mismo tiempo el gobierno produjo 6 millones de barriles de petróleo diarios. El sistema educativo, fue totalmente dependiente del Oeste. El sistema prevaleciente era adaptado al del Oeste e incluso muchos profesores universitarios provenían de Europa y Estados Unidos. Las ciencias humanas y la ética habían perdido su propio peso. Los graduados en Europa y Estados Unidos tenían la más alta consideración en los círculos académicos del país. La dependencia cultural se extendió tanto que alcanzó todos los aspectos de la vida de la población. En el campo militar, una gran cantidad de los ingresos obtenidos con la venta del petróleo fue gastado por el régimen en armas proporcionadas por Estados Unidos, países europeos e Israel. De este modo, Irán funcionó como una base militar yanqui contra la URSS. Pero en vez de pagar por esto Estados Unidos, era Irán quien pagaba los salarios del personal militar norteamericano. Por otra parte, el ejército y el armamento iraní fueron usados por Israel en las guerras contra los países islámicos. Durante las guerras árabe-israelí desde 1967 a 1973, la aviación israelí recibió combustible y armamento de las bases aéreas iraníes y el ejército iraní fue utilizado por el ejército israelí, prestando un gran servicio al sionismo internacional. Políticamente, el régimen Pahlavi hizo extender la agresión colonialista en Irán y otras naciones. Comenzó con la interferencia británica. El gobierno de Reza Khan perduró hasta su destitución en septiembre de 1941. El reino de su hijo fue establecido por la directa intervención británica. El sah fue repuesto en el gobierno el 19/8/53 por un golpe de estado norteamericano hecho con la ayuda de los británicos, y así quedó subordinado totalmente a Estados Unidos. De este modo, Irán queda sometido política, económica, militar y culturalmente a Estados Unidos. De 1963 a 1978 decenas de miles de personas de todas las clases y lugares de Irán fueron procesados por pronunciar discursos, escribir libros o artículos, o formar grupos políticos. A las mujeres, en nombre de la libertad, se les intentaba despojar de su cultura, pero ello no significaba tener más derechos y participación, y esto fue en general para toda la población hombres y mujeres, excepto la clase privilegiada. Paralelamente, la conciencia de la gente iba aumentando y fue levantando la bandera del Islam que hicieron frente a estas injusticias. Estos factores llevaron a dar fin a la dinastía Pahlavi. Bajo estas circunstancias el pueblo musulmán iraní, dirigido por el Imam Jomeini, se sublevó y puso fin a la monarquía de 2500 años, ayudada por los servicios de inteligencia como la CIA y la MOSSAD. (basado en MASIH MUHAJERI, La Revolución Islámica, Futuro Sendero de los Pueblos, Delegación Cultural Buenos Aires del Ministerio de Irshad Islámico, Buenos Aires, 1984). Una de las consignas continuamente coreadas por el pueblo en el curso de la revolución, fue y es “Ni Este ni Oeste, ¡República Islámica!”. Esta consigna subraya la política exterior de la República Islámica. La negación de cualquier dominación, ya sea del Este o del Oeste, en los campos económico, político o cultural. Es el principio fundamental de la política exterior del Islam. A la vez, ayudar a las naciones despojadas a cooperar con los movimientos de liberación en su lucha por la verdad y la justicia, se considera una obligación islámica sagrada, incluida en el contexto de la política exterior de un sistema islámico Para entender el éxito de la revolución es necesario saber que sin duda alguna uno de los fenómenos más llamativos del siglo XX ha sido el renacer del Islam. Fenómeno que tuvo lugar sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, y más especialmente a partir de los años setenta. Este hecho fue realmente significativo debido a que el mundo islámico se hallaba aletargado, sumido en una profunda decadencia, en regresión progresiva desde tiempo atrás. Al mismo tiempo crecían las nuevas ideas y corrientes surgidas en Occidente. La Revolución islámica iraní no se limitó a una o dos capas de la sociedad. Aquí participaron todos los sectores sociales: estudiantes, obreros, oficinistas, empleados, campesinos, comerciantes, religiosos, maestros, el Ejército y la Policía. A la vez, en muchos sectores, había minorías cuyos intereses eran amenazados por la revolución y por eso se oponían. Incluso existían en el sector religioso. Y esto se debe a que fueron aliados del sah y de los capitalistas, perdiendo muchos de sus réditos y privilegios al triunfar la revolución. El impacto positivo de esta revolución no se limitó a los musulmanes iraníes, ni exclusivamente a los chiíes, ni a los países árabes e islámicos, sino que provocó el interés y simpatía de intelectuales europeos. Es la primera vez en el siglo XX que el Islam toma el poder frente a las ocupaciones extranjeras después de la desintegración del Imperio Otomano. Esta revolución posee características particulares que la diferencia de otras revoluciones. Entre sus rasgos más relevantes es que, si bien fue mentada por los religiosos chiíes, tuvo un fuerte apoyo popular cuyas movilizaciones están consideradas entre las más grandes de toda la humanidad, que marcaron la repolitización del Islam y una ruptura con el viejo orden. Otra particularidad es que fue una revolución por la independencia que se enfrentó a una monarquía para instaurar un sistema islámico. En tercer lugar, podemos mencionar que fue en contra de un régimen que dependía del extranjero. El triunfo de una revolución con estas características mostró al mundo, especialmente a los árabes y musulmanes, luego del fracaso del nacionalismo árabe asociado al socialismo, que existía una nueva fuerza alternativa, que prometía la salvación no sólo espiritual sino de reconstrucción política y cultural, que no era del Este ni del Oeste y que era capaz de enfrentarse a las grandes potencias occidentales. Ello estimuló el surgimiento de los movimientos islámicos en diferentes países árabe-islámicos: Líbano, Argelia, Palestina, entre otros. El miedo a que la revolución se expandiera a través de estos levantamientos, llevó a que apenas al cabo de un año de su triunfo se le impusiera a Irán una guerra con Irak. Por la misma razón muchos movimientos islámicos fueron sofocados o considerados terroristas por temor a que sigan el mismo camino. Atrajo a diferentes sectores del Tercer Mundo, porque su discurso se dirigía a todos los desposeídos y desheredados. Los términos desheredados y desposeídos se refieren a aquellos a quienes se les ha despojado de algo que les pertenecía. Así, pues, su éxito se debió a que “... rompió relaciones con Estados Unidos e Israel; apoyó a Cuba y a la Revolución Sandinista; y el 4 de noviembre de 1979 la embajada de Estados Unidos fue tomada por un grupo de estudiantes revolucionarios. En Europa también llamó la atención, Jean Braudillard, famoso sociólogo decía: «Contrariamente a lo que piensa la mayoría de la gente, creo que la Revolución Islámica se trata de un fenómeno central (...) el único desafío político que escapa verdaderamente a las dinámicas de los sistemas occidentales». También Foucault escribió apuntes respecto a esta revolución y estuvo cubriendo siguiendo de cerca los acontecimientos y características particulares de la misma. Esta revolución también reivindicó la participación de la mujer en los diferentes ámbitos de la sociedad, proponiendo seguir los modelos de Fátima, hija del Profeta quien se destacó por su multifacética personalidad. No sólo se destacó por su espiritualidad y su rol como madre, hija y esposa sino por su elocuencia y lucha contra la opresión. Así como los sucesos de Karbalá fueron inspiración de esta revolución, el modelo de Zainab, hija de Fátima y hermana del Imam Husáin fue reivindicado por su acompañamiento y heroica lucha. Tomando como modelos a estas grandes mujeres, la mujer iraní tuvo un rol muy activo en la gestación de esta revolución que aún continúa. Una de sus reivindicaciones fue en torno a la pudorosa vestimenta islámica, “hiyab”, como una reivindicación de su identidad islámica que le permitía participar en la sociedad siendo valorada por su eficiencia. Esta reivindicación también tiene una connotación política frente al modelo capitalista consumista que convierte a la mujer en víctima de su sistema manipulándola como objeto. Rol de las mujeres en la Revolución En Irán, como en todas partes del mundo, las mujeres se beneficiaron menos que los hombres de la modernización. Las mujeres urbanas y rurales se vieron afectadas por los cambios según su forma de vida. La modernización conllevó la brecha entre la ciudad y el campo, el aumento de la riqueza, su inadecuada distribución a nivel de la sociedad y finalmente la polarización de la sociedad. La presión política y la corrupción administrativa crearon más problemas en este campo. Los colonialistas ingleses tenían como meta, en su proceso colonizador, cambiar la cultura y religión, por ello una de las medidas fue implementar la prohibición del hiyab en las mujeres y la imposición de determinados cánones en la ropa y forma de vida. Si en el pasado la mujer no tenía participación alguna ni derechos, con el proceso de occidentalización se promueve el despojo de su cultura y religión, lo que no significa la adquisición de derechos. A pesar de que el 98% de la población es musulmana, el régimen Pahlavi hizo grandes esfuerzos dirigidos a destruir la cultura islámica e imponer un sistema social basado en valores occidentales. En el verano de 1977, directamente supervisado por Farah Diba Pahlavi, bajo el nombre de “Festival Artístico de Shiraz”, se realizó una exhibición del acto sexual ante los ojos atónitos del pueblo musulmán de esa ciudad. Las mujeres iraníes, de este modo, fueron perdiendo su identidad, pero existían mujeres que no aceptaban estas normas y en este período, para proteger su religión, cultura y nación, no asistían a los centros educativos -en realidad, eran centros destinados a cambiar la mentalidad de las iraníes-. Esto, fue uno de los factores más influyentes en el bajo grado de alfabetización de la población femenina. A través de estas políticas es que las mujeres religiosas se vieron privadas de educación y participación en eventos sociales- no porque se les prohibiese, sino que las condiciones de asistencia a los centros educativos no se correspondían con su cultura y religión y eran obligadas a cambiar su forma de vestir religiosa para asistir-. Esta no instrucción escolarizada no impidió a las mujeres iraníes tener una conciencia nacional, patriótica y religiosa que las hizo protagonistas en el movimiento revolucionario del Imam Jomeini, pues la negativa a participar de ese tipo de educación fue voluntaria y consciente. Las familias con mayores recursos económicos podían dar una educación privada en sus casas a sus hijas y, de este modo, eran altamente instruidas y tenían participación social y política. El Imam Jomeini fue quien despierta estas conciencias no sólo en los hombres, sino en las mujeres a quienes les da un rol importante en la revolución. Entre sus frases, no encontramos más que palabras de aliento, elogio y defensa de la mujer: “No podemos, y el Islam no quiere, que las mujeres estén en nuestras manos como un objeto y una muñeca. El Islam quiere preservar la personalidad de una mujer y hacer de ella una persona seria y eficiente. Nunca permitiremos que las mujeres sean solo un objeto para los hombres y una herramienta de lujuria” (Sahifeh Nur, t. 4, pp 103,104). También dijo: “Al comienzo del Islam, las mujeres estaban en los ejércitos e iban a los campos de batalla. El Islam está en contra de la corrupción de las universidades... El Islam está en contra de las universidades coloniales, no de las universidades. El Islam no se opone a ninguna de estas manifestaciones de civilización. El Islam tomó a las mujeres de la mano y las mantuvo frente a los hombres, mientras que cuando llegó el Profeta, las mujeres no eran consideradas nada. El Islam ha empoderado a las mujeres... A lo que se opone el Islam es que quieren agobiar a las mujeres de tal manera que sean un patio de recreo en manos de los hombres, y según las palabras del Sah, “una mujer debe ser engañosa”. Queremos entender esta palabra, entender esto mal. Queremos que la mujer de Adán sea como los demás, humana como los demás, libre como los demás libres.” (Ídem, pp. 59-60). En cuanto a los derechos de las mujeres, también ha dicho: “En el sistema islámico, las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres: derecho a la educación, derecho al trabajo, derecho a la propiedad, derecho al voto, derecho al voto. En todos los sentidos que los hombres tienen derechos, las mujeres también tienen derechos, pero hay casos en que a los hombres les están prohibidas cosas porque crean corrupción, y también hay casos en que a las mujeres les están prohibidas porque crean corrupción”. Como dijo Imam Jomeini (r.): “Las mujeres tienen más derechos que los hombres en este movimiento”. La presencia activa de las mujeres en la Revolución Islámica al observar el hiyab y los requisitos de la shari’a de la yihad, muestra los siguientes objetivos: 1- adquirir una identidad religiosa 2- confrontar los planes de las superpotencias colonialistas y el régimen de Pahlavi 3 - el interés por conquistar la libertad en el marco de la vestimenta islámica. (Fatemeh Safari, El modelo social de las mujeres musulmanas, Organización publicitaria, 1374). Efectos de la Revolución islámica en Latinoamérica El principal objetivo de esta revolución fue reivindicar el Islam y hacer llegar su mensaje al mundo. Para tal fin, se fundaron centros islámicos en diferentes países. La primera mezquita en Latinoamérica fue en Buenos Aires, Argentina, cuyo nombre es Mezquita At-Tauhid. En ella se han formado los primeros estudiantes de teología islámica de Latinoamérica que luego estudiaron en el Hauzah de Qom. A partir de allí, comienza un proceso de difusión que no se limitó a los musulmanes sino que también a los no musulmanes. Por eso la difusión era muy vasta y variada. No se limitaban solo a las enseñanzas religiosas, sino también, a la situación del mundo islámico en general. Entre sus actividades encontramos la realización de actos culturales, traducción de libros al idioma español, -idioma que se habla en Latinoamérica- y su difusión en distintos medios, entre ellos en la Feria del Libro. Los chiíes comienzan a conocer más sobre su identidad chií, Ahlul Bait (familia del Profeta) y sobre la historia de Karbalá, pues esta revolución fue inspirada en los sucesos que llevaron al martirio del Imam Husáin, su familia y sus compañeros. Sin duda, una de las acciones más importantes que se realizaron y que aún hoy en día continúan es desmitificar todo lo relacionado con el Islam, el Imam Jomeini, la mujer musulmana, el yihad y otros conceptos. La difusión que hace Occidente, desde esa época respecto a la mujer musulmana es que está oprimida y no puede salir de casa. Esto, sin duda es un contraste muy grande con la realidad de las mujeres musulmanas iraníes que luego del triunfo de la Revolución Islámica, muchas emigraron para estudiar una carrera universitaria. Gradualmente, nuestras actividades en la mezquita aumentaron. La difusión no se hace solo en las mezquitas, sino que se hace también a través de radios islámicas, televisión islámica, la publicación de periódicos y revistas especializadas, la primera ONG dedicada a la mujer musulmana (UMMA, Unión de Mujeres Musulmanas Argentinas fue fundada en el año 1986, la primer Fundación dedicada a la asistencia social (FIAS, Fundación islámica de asistencia social) fue fundada en el año 1995. También la difusión consistía en relaciones con otros credos, creación de páginas web, realización de diversas actividades culturales, políticas y sociales, incluida la proclamación del aniversario del nacimiento de Fátima Zahra (la paz sea con él) como el Día de la Mujer y también la celebración del día de Quds, proclamado por el Imam Jomeini (r.) como día de solidaridad con Palestina. La República Islámica no solo tuvo difusión islámica, sino que también en el área científica y económica a través de sus embajadas y oficinas comerciales y culturales. No es mi intención mencionar en forma detallada los fructíferos intercambios en este sentido, pero sí podemos mencionar que los logros nucleares se dieron a través de estos intercambios. Se han abierto distintas cátedras en las universidades para estudiar este fenómeno. Todos estos efectos y logros, ciertamente, tienen un costo y sanciones en contra de la República Islámica de Irán, pero esto, lejos de debilitarla, la fortalece porque, tal como dijo el Líder Supremo: “En los momentos de dificultad, se ven las oportunidades”. | ||||
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