La vida de Imam Jomeini* Persia en la época que nació y creció el Imam RuhollahJomeini Primera parte | ||
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En los diez años que precedieron al nacimiento del Imam Jomeini se produjeron en Irán numerosos cambios políticos que no serían más que el preludio de lo que se avecinaba a principios del siglo XX. En 1982, Naser al-DinShah se vio obligado a ceder ante la insurrección popular y abolir el monopolio del tabaco, que había concedido a los ingleses a cambio de una bagatela. Esta insurrección, que fue simplemente más una revolución “a lo Gandi”, consistía meramente en obedecer una fatwa (edicto religioso) promulgada por el líder chií, el Ayatolá Mirza Shirazi, donde se proclamaba que “Hoy en Persia, fumar es como luchar contra el Imam de los Tiempos”. (Imam Mahdi (Pb), el Duodécimo Imam de los chiíes) La fatwa fue seguida fielmente por toda la nación, y todos los narguiles del país dejaron de echar humo. Caravasares, salones de té, hostales… en todas partes se recogieron los avíos de fumar y se dio la circunstancia de que hasta los sirvientes del palacio del rey y las mujeres de su harén abandonaron el tabaco obedeciendo el edicto del Ayatolá Shirazi. Esta primera y victoriosa revolución pasiva acabó con la victoria del pueblo sobre la voluntad del Sha y la fuerza de los ingleses, que no tuvieron otra opción que ceder y renunciar al monopolio, pues no tenían a nadie en concreto contra quien luchar.
La Revolución Constitucional Cuatro años más tarde, en 1986, Naser al-DinShah caía abatido por las balas de Reza Kermani, un discípulo del carismático Yamal al-DinAsadabadi (al-Afghani), que había sido encarcelado en numerosas ocasiones por las fuerzas del sha y había sido encarnizado activista en contra de la concesión del monopolio del tabaco. Fue sucedido por Mozaffar al-DinShah, que reinó hasta su prematura muerte en 1907. Fue durante el reinado de éste cuando se inició en Persia la llamada Revolución Constitucional. En 1905 un grupo de intelectuales y religiosos exigieron al sha la formación de un parlamento (majlis) y la redacción de una Constitución que fuera la base en la que se regiría el nuevo Estado persa. El movimiento constitucional, ante el que tuvo que ceder el sha, venció en un principio, y, en 1906 se redactaron los primeros textos de la que sería la primera Carta Magna de Persia. No obstante, todo abocó finalmente en fracaso. La violenta oposición del sha -que bombardeó a cañonazos el edificio del Parlamento en 1909- acabó con estos nobles propósitos, y ello, a pesar de las innumerables insurrecciones armadas que surgieron por doquier en el país y que luchaban en defensa de la vigencia de la Constitución. Sin embargo, la semilla ya estaba germinada. Ese mismo año de 1909 se descubrieron los primeros yacimientos de petróleo, hallazgo que no hizo sino acrecentar la presencia extranjera en Persia y cambiar su historia a lo largo de todo el siglo XX, y quizás del siglo XXI. En 1914 se declaró en Europa la I Guerra Mundial y por esa fecha la dinastía Qajar, que reinaba los destinos de Persia desde finales del siglo XVIII, estaba herida de muerte, y, en 1925, el joven seminarista RuhollahJomeini fue testigo del cambio de la dinastía y de la subida al trono del sargento cosaco Reza Jan, llamado luego Reza Shah, cuya política de occidentalización del país tanto airó al clero y a los iraníes piadosos. Evidentemente, la caída de la dinastía de Qayar significaba el derrumbamiento de un régimen corrupto y señorial, pero también significaba la creación de una dictadura cruel que no hacía más que suplantar a los señores Qayar, que antes detentaban el poder. Vida del Imam Este era el ambiente en el que nació y creció el Imam Jomeini. El gran líder de la Revolución Islámica de Irán vino al mundo en septiembre de 1902 en el seno de una familia de religiosos, en Jomein, un pueblo de la provincia central de Arak. A los cinco meses de su nacimiento quedó huérfano de padre, por lo que su infancia estuvo marcada por la falta de uno de sus progenitores. Su infancia y primera adolescencia las pasó con su madre Hayar y su tía Sahebeh, pero a los 15 años ambas también fallecieron y se vio privado de nuevo de dos seres queridos. Ese año de 1917 realmente marcó un antes y un después en su vida ya que quedó completamente huérfano. En todo caso, no se conoce mucho de la infancia del Líder de la Revolución. Se sabe que poco después partiría hacia Arak, una pequeña ciudad situada a unos 200 Kms. al sudoeste de Teherán. Allí estudió junto al Ayatolá Abdul Karim HaeriYazdi. En 1921, éste se fue a la ciudad de Qom (a 160 Kms. al sur de Teherán), prestigiosa ciudad santa del chiísmo. El Imam Jomeini lo acompañó, junto a otros de los discípulos del reputado ayatolá. Allí, maestro y alumnos permanecieron en el recién fundado seminario de Feiziyeh. A los 20 años de edad, el Imam Jomeini se ocupó también del estudio del irfan o mística islámica, además de la jurisprudencia islámica (fiqh), donde fue subiendo de forma escalonada los diferentes grados de conocimiento hasta que obtuvo su licencia o iyaza, que le permitía ejercer como profesor. Allí mismo, en el seminario de Feiziyeh se puso a impartir clases de jurisprudencia, Corán y filosofía, que compaginaba con el irfan. En 1937, murió el Ayatolá Haeri y el seminario de Feiziyeh con él, por lo que se dispusieron a buscar otro reputado ulema que pudiese reemplazar al grandioso Haeri, y lo encontraron en la persona del Ayatolá Mohammad Hussein Bruyerdi -tras ocho años de búsqueda-, uno de los religiosos de su época, cuya designación como líder surgió a petición de los alumnos del Ayatolá Haeri, entre los que se encontraban el Imam Jomeini. El Ayatolá Bruyerdi fue, hasta el año de su muerte en 1961, uno de los ayatolás supremos de los chiíes de Irán. Durante su mandato en Qom, el Imam Jomeini permaneció en un discreto segundo plano y no se sabe si durante aquella época protagonizó algún incidente de carácter político. En vida del Ayatolá Bruyerdi, en el ámbito político, el Imam Jomeini se conformaba con hacer breves comentarios y alusiones a la política de los Pahleví y en contra de las decisiones del Gobierno que, de alguna manera, afectaran a los pobres y necesitados. De todas formas en 1941 y al margen de su carrera como religioso, el Imam Jomeini escribió Kashef al-Asrar, una obra donde atacaba abiertamente las medidas secularizadoras y occidentalizas de Reza Shah, y donde ponía bajo duda y sin ambages la idoneidad del rey para dirigir la nación. Por otra parte, en las obras que el Imam Jomeini escribiera en los años 50 y que, en un principio, no eran más que obras religiosas dedicadas a unos cuantos seminaristas, se vislumbraba ya su ideario político. En ellas se hacía mención a los “gobernantes corruptos” y a la “ayuda a los pobres” en contra de los abusos de poder. Además, se hacían alusiones a las relaciones que tenía que haber entre los ulemas y el Gobierno, y que los primeros, como verdaderos conocedores de la doctrina del Islam, eran los que debían marcar el camino y la política del segundo… | ||
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