La cultura: objetivo a invadir por las superpotencias AlíFeizollahi* | ||
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El término “cultura” es un término muy vasto y muy discutido. Existen más de quinientas definiciones de cultura y de entre todas ellas podríamos escoger aquella que la define como el conjunto de hábitos y comportamientos que nos distingue de los animales. Sea cual sea la cultura, tratamos de abarca tres sub ramas: primero, los conocimientos y creencias; segundo, los valores y tendencias; y tercero, los comportamientos. El avance de la tecnología, la ciencia y, por consiguiente, la cibernética facilitó y aceleró el ritmo de la vida y la comunicación entre las naciones, además de posibilitar un diálogo fluido entre diversas lenguas, culturas y civilizaciones, no obstante, este hecho tuvo sus consecuencias negativas, una de las cuales es la denominada “invasión cultural”. Cuando se habla de invasión cultural se hace referencia a la imposición o modificación cultural de una nación o una sociedad, basándose en su propia cultura. Si aceptemos que la invasión cultural ocurre siempre y cuando existe un interés o motivo, es decir, existe un objetivo específico que, según el cual, una cultura pasa a dominar a la propia y en esta situación ocurre una “diglosia entre las culturas”, a saber, la cultura propia pasa a ser inferior a la importada y la importada poco a poco invade otra sociedad, contando con el apoyo y respaldo de la lengua, los medios de comunicación, Internet, el satélite, las propagandas,… Según lo planteado anteriormente, una invasión de este carácter se divide en dos: - Transferencia cultural: Se refiere a la adaptación y aceptación de la cultura de “otro” a la cultura de una sociedad determinada o el intercambio de culturas. - Interferencia cultural: Se refiere a la transmisión directa o intervención de la cultura de “otro” hacia otra cultura que, en este caso, la cultura llegada por ser agresiva, llamativa,… pasa a ser dominante sobre la otra y, como no existe una convivencia, pues se da la “diglosia”. En síntesis se podría llegar a la conclusión de que, cuando se habla de invasión cultural se hace referencia a una interferencia de los aspectos culturales del “otro” sobre un grupo, una nación, o una sociedad, con la intención de cambiar el modo y el estilo de vida, la manera de pensar, vestir, hablar,…de una determinada sociedad. Y lo hace por tres vías: - O se basa en cambiar o modificar los conocimientos o creencias existentes en la sociedad, sustituyéndolos con otra y cambiando su visión del mundo, de Dios, del hombre, de la vida y etc. - O se basa en modificar los valores y tendencias, hecho que se refiere al conjunto de los conocimientos del hombre respecto a las cosas y lo que hay a su alrededor, es decir, cada individuo vive con sus creencias y, según esas creencias, valora su entorno social y define su modo de vida. Por su puesto, los valores y anti valores cambian según cada nación y el punto de vista, es decir, lo que en una sociedad es considerado de valor puede ser que en otra no lo sea debido a las particularidades culturales de cada sociedad. - En tercer lugar, cuando cambian nuestras creencias y nuestras tendencias también lo hacen y, por sistema, también nuestro comportamiento. Por lo tanto, los que deciden invadir la cultura de una nación atacan a los modos de ser, el estilo de vida, los valores y, en general, las creencias. En resumen, cuando se habla de invasión cultural se hace referencia a los intentos de un tercer país de desvalorizar lo valorado por una nación, a fin de poder sustituir lo de ese país por lo suyo, garantizando así la invasión y aceptación de su cultura para futuros propósitos, además de crear una nación dispuesta a consumir cultura, productos, creencias,…“y así penetran en la vida cotidiana, en su etilo de ser, en sus comportamientos sociales,…”
Los aspectos de la invasión cultural Los aspectos de la invasión cultural de cada momento dependen del marco y la situación en la que se encuentra. Tales aspectos se dividen en tres: las creencias, las tendencias y los comportamientos. Respecto a las creencias, el enemigo cuenta con el apoyo de los medios de comunicación, la propaganda y la cibernética. Primero, intenta cambiar nuestra opinión y nuestro punto de vista respecto a las creencias, por ejemplo, en primer lugar, intenta demostrar que los creyentes de una religión específica son unos “dogmáticos” o “fanáticos” y que Dios, el inicio y fin del mundo, las religiones divinas, los profetas… todo ello son cuentos, ficciones y parte de la mitología antigua de cada nación, por lo que crean un ambiente pánico o mejor dicho una “fobia” hacia este tipo de creencias. Así, primero desvalorizan lo valorado anteriormente y luego lo muestran como algo antihumano o antisocial para poder sustituirlo con algo suyo.
¿Cómo luchar contra la invasión cultural?
cuando hablamos de la lucha contra cualquier invasión cultural, no implica que estemos en contra de todo tipo de culturas o de que estemos de acuerdo con la transferencia cultural, pero sí que deseamos mantener, preservar y fortalecer nuestra cultura, las tradiciones y la religión, y enriquecerlas adaptando otras culturas a la nuestra. Estamos totalmente de acuerdo con el avance de las sociedades y el aprovechamiento de la tecnología para el bienestar social, pero no con cambios o sustitución drástica o destrucción y aniquilación de una cultura para buscar una sociedad supuestamente moderna. Cabe mencionar que en la lucha contra la invasión cultural, no siempre los elementos “anti” provienen de un tercer país, pues pueden haber existido en la misma sociedad en la que vivimos, por ejemplo, puede haber culturas típicas de una religión arcaica que se incorporaron al Islam, se adaptaron y hoy en día son consideradas y aceptadas como parte de la cultura islámica. Por ello, para luchar contra la invasión cultural, primero, hay que profundizar y presentar a la propia cultura y luego ser cautelosos a la hora de aceptar la cultura del “otro”. Ver si se adapta a nuestras normas sociales y culturales, y una vez que lo haya hecho, divulgarla en la sociedad de acogida, para así poder preservar la cultura propia y evitar que existan interferencias en la transferencia cultural. La historia de las revoluciones nos ha demostrado que cualquier sociedad industrializada ha trabajado, primero, en sus valores culturales, preservándolos para garantizar el avance de la tecnología y el bienestar social. A modo de ejemplo podríamos mencionar los casos de Japón y China, países que, a pesar de disfrutar de una sociedad altamente desarrollada, mantienen sus tradiciones y sus valores, en otras palabras, el avance de la tecnología no tiene nada que ver, en contra de lo que algunos países occidentales intentan a demostrar, con una cultura, creencia o estilo de vida, lo importante es adaptarla. | ||
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