Una mirada a las dimensiones legales e internacionales de la captura del avión espía estadounidense en Irán | ||
Una mirada a las dimensiones legales e internacionales de la captura del avión espía estadounidense en Irán Tayik, Nasrolá. Tras la captura del avión espía no tripulado de EE.UU. en Irán, los medios de comunicación de este país se centraron en informar sobre el poder de las Fuerzas Armadas iraníes a la hora de frustrar los intentos militares norteamericanos, sin prestar atención a las dimensiones legales, políticas y diplomáticas de este logro. El avión antirradar RQ 170, conocido como Sentinel, contaba con la misma tecnología utilizada en los aviones B2 y F35 y era dirigido por satélite, además de a través de bases terrestres en Afganistán y EE.UU. Aunque el ministerio de Relaciones Exteriores iraní protestó por esta maniobra norteamericana, una breve mirada a los acontecimientos ocurridos en el pasado nos mostrará que Irán ha de realizar una serie de gestiones con el fin de evitar que se produzcan acontecimientos similares, además de obligar a los gobiernos afgano y estadounidense a asumir la responsabilidad de sus actos. El 1 de mayo de 1960, las fuerzas de la defensa antiaérea de la antigua Unión Soviética capturaron un avión espía estadounidense, modelo U-2, que había penetrado unos mil doscientos kilómetros en el territorio de la URSS a través de Turquía, Irán y, probablemente, Paquistán. Cabe señalar que en este incidente, el piloto fue detenido y encarcelado después de haberse lanzado en paracaídas. Este suceso afectó durante un tiempo, dentro de lo que se denominó la Guerra Fría, las relaciones diplomáticas entre ambas partes. Los rusos, por su parte, se beneficiaron políticamente de lo que ocurrido, sobre todo en vísperas de una cumbre entre EE.UU., la URSS, Gran Bretaña y Francia, celebrada en París el 15 de mayo de 1960. Tras el intercambio de críticas entre las embajadas de ambos países, el caso fue tildado de una violación que podría poner en peligro la paz mundial; por ello, fue llevado ante el Consejo de Seguridad de la ONU para ser discutido. Los rusos, asimismo, pidieron a EE.UU. que se responsabilizara de sus actos y aceptara sus consecuencias. Durante la Guerra Fría, ambas superpotencias se dedicaron a la búsqueda de la información que se hallaba almacenada en los aviones espías pertenecientes a su rival, así como al aprovechamiento de la tecnología empleada para la construcción de ese tipo de aeronaves. Tanto para la antigua Unión Soviética como para EE.UU. fue de suma importancia, y perdieron mucho en ello, conservar la supremacía en los asuntos anteriormente citados. Volviendo al caso de Irán, las autoridades norteamericanas guardaron silencio al respecto y evitaron hacer declaraciones durante los dos primeros días posteriores al incidente. Esta postura demuestra que, probablemente, EE.UU. quiere dar carpetazo al caso e impedir que los países vecinos a Afganistán: China, Paquistán y Rusia; se hagan con la información recogida por el avión, además de evitar que aprovechen la tecnología empleada en la aeronave para construir ellos mismos este tipo de aviones. Al principio los medios de comunicación occidentales dudaron de la veracidad de la noticia, pero cuando posteriormente aparecieron algunos videos en youtube y otras páginas Webs, en los que se reflejaba tal hecho, los norteamericanos prefirieron desviar la atención pública a otro tipo de asuntos como la inauguración de una embajada virtual en Irán. La República Islámica de Irán no tiene que ignorar esta maniobra militar, y ha de hacer uso de este logro en el ámbito internacional y sacarle beneficios diplomáticos y legales. Las siguientes sugerencias pueden servirle al Gobierno iraní para llevar a cabo las gestiones pertinentes en referencia al caso del avión espía estadounidense: 1. El ministro de Relaciones Exteriores iraní tiene que mandar una carta al secretario general de la ONU, en la que haga hincapié en la amenaza que constituyen las acciones norteamericanas para la seguridad de Irán. Sucesos de esta índole explican el porqué de la presencia estadounidense en Afganistán. Hay que pedir al secretario general de la ONU que, aparte de condenar este tipo de maniobras contra Irán, discuta el caso en la primera reunión que celebre el Consejo de Seguridad de la ONU. El secretario general y los miembros de la ONU tienen que reaccionar ante actos como este, que amenazan la paz de la región, e informar a la Comunidad Internacional de sus decisiones. 2. Protestar contra la actitud adoptada por el Gobierno afgano. Sin duda alguna, la presencia norteamericana en Afganistán se debe al objetivo de espiar y también realizar acciones contra Irán. El Gobierno afgano tiene que asumir sus responsabilidades y ser consciente de las consecuencias de tales actos. Es necesario que Afganistán se disculpe de forma oficial y prometa impedir a las fuerzas estadounidenses realizar actos contra Irán o tendrá que responsabilizarse de todo lo que pueda pasar en el futuro. | ||
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